Primer Gobernante con alto estándar académico


Molinos de viento por:  Susana Solís Esquinca

La educación es la base para el desarrollo de los pueblos. Un país que invierte en educación fortalece la ciudadanía, mejora la competitividad y ofrece ventajas para acortar las desigualdades, erradicar la pobreza, y robustece los derechos humanos.


Una persona que se prepara académicamente desarrolla una serie de conocimientos y habilidades que hacen del individuo alguien diferente del resto que no ha tenido la oportunidad o no ha querido seguir su formación.


Detona el pensamiento crítico, expande su comprensión acerca de las comunidades y su relación con el mundo, es analítico, reflexivo y tiende a la resolución de problemas.


El tema viene a colación a que por primera vez, en caso de ganar la gubernatura, Eduardo Ramírez Aguilar, será el primer gobernador de Chiapas con una sólida formación académica al contar con un doctorado, tres maestrías y una licenciatura, además de haber sido catedrático en Teoría de la Constitución y Teoría General del Estado en la Facultad de Derecho de la UNAM.


Su currículum menciona que es licenciado en Derecho por la Universidad Realista de México, cuenta con una maestría en Derecho por la UNAM, otra en Derecho Constitucional y Amparo por el Instituto de Estudios Superiores Manuel José de Rojas.


Es master en Marketing Política por la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Ciencias Políticas por el Instituto Nacional de Estudios Fiscales.


Es también autor de la obra La Participación del Pueblo y la Revocación de Mandato y coautor de Los Bicentenarios de Chiapas: de la Independencia a la Federación.


Es colaborador de artículos de opinión en El Universal, Excélsior, Milenio y el Heraldo de México, entre otros. Próximamente publicará otro libro de su autoría: Plan “Chiapas Transformador”.


El paso de ERA por la vida política no lo encriptó en la grilla barata, sino que supo aprovechar los tiempos para continuar estudiando y con ello abrir el horizonte de la comprensión, la habilidad negociadora, la tolerancia, y reafirmar los valores de respeto, lealtad y compromiso social.


En el Senado de la República sin duda tuvo en mejor examen final al cohabitar con muchos de los excéntricos pares de su propio partido y de la oposición.


Ahí aprendió a que honrar la palabra es la llave que abre puertas y deja las cuentas claras. Por su sólida formación académica y la experiencia abrevada, Eduardo Ramírez mira de otro modo Chiapas.


No con la compasión y victimización de que somos la entidad más pobre de México, sino la más trabajadora a la que solo hace falta lleguen las oportunidades y que éstas habrá que ir a buscarlas.


Hay muchas esperanzas en el ambiente y el Jaguar tiene prisa, pero bien sabe que en seis años se podrá avanzar en muchos rubros, pero algunos otros solo se sentarán las bases. That’s All.