La catástrofe de Chiapas. 30 años de atraso

Susana Solís Esquinca/Ultimátum

Los datos que diera a conocer el secretario de Hacienda, Arturo Herrera nos muestra el verdadero rostro de este Chiapas tan saqueado, vilipendiado, olvidado, tan pobre. Hemos acumulado 28 años de retraso económico y social. Toda una generación perdida, casi 3 décadas donde los chiapanecos nos quedamos estáticos en un punto, mientras el mundo giraba a una velocidad vertiginosa.
Cada día me convenzo que los chiapanecos no estamos en este planeta, somos una estampa, una fotografía de lo ruin que nos han tratado todos los gobiernos. Ríos de dinero han llegado en estos casi 30 años ¿dónde están? ¿en las mansiones de los políticos, en sus gasolineras, en sus plazas comerciales, en sus franquicias, en sus ranchos, en Cancún, en Playa del Carmen, en Chile, en Puebla, en Baja California, en Orlando? ¡dónde demonios están!
En tan sólo una década (2000 a 2011) llegaron a Chiapas únicamente para el programa que ha tenido más nombres que ningún otro (Solidaridad, Progresa, Prospera, Oportunidades, Bienestar) 52 mil 154 mil millones de pesos para “abatir” la pobreza. Y no ha pasado nada. Las limosnas institucionales no han sido ni paliativos para enderezar las estadísticas.

Historia de un fracaso anunciado

En 1988, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien llegó a la presidencia luego del fraude electoral que maquinó Manuel Bartlet con la “caída del sistema”, echó andar el programa Solidaridad con una evidente acción electorera que ayudara al PRI a recuperar a un pueblo enojado que en su desencanto votó en ese entonces por Cuauhtémoc Cárdenas y cuyo triunfo le fue arrebatado por el viejo y fraudulento sistema electoral.
El programa Solidaridad tuvo tan “buenos” resultados que marcó un hito para mantener la fidelidad de los pobres a favor del entonces partido gobernante. Los presidentes siguientes lo mantuvieron, incluyendo al PAN. Sexenio tras sexenio han incrementado los montos y no pasa nada, en Chiapas siguen los mismos indicadores de pobreza que se tenía desde los 80. Así lo plantea el investigador Gerardo Núñez Medina en su artículo publicado en la Revista Internacional de Estadística y Geografía editada por el INEGI “la evolución de la pobreza alimentaria en Chiapas muestra que el gasto social ejercido por el gobierno mexicano no se ha traducido en una disminución del número o la proporción de personas en pobreza. La idea se refuerza con una tendencia al alza de la pobreza alimentaria según cifras observadas para los años señalados a nivel estatal”. Y lo dice también el Coneval “Chiapas, con respecto de las 32 entidades , ocupó el primer lugar en porcentaje de población en pobreza y en pobreza extrema. Por lo tanto, se ubica dentro de las tres entidades con mayor pobreza en el país.
En 2010, del total de la población que habitaba en el estado, 78.5 por ciento se encontraba en situación de pobreza con un promedio de carencias de 3.2, lo cual representó 3,784,967 personas de un total de 4,819,742”. (Informe de pobreza y evaluación en el estado de Chiapas, Coneval. 2012).

Ríos de dinero
En los últimos 14 años ha llegado a Chiapas mucho dinero por concepto de presupuesto federal. En ese lapso –en teoría- han aterrizado poco más de 854 mil millones de pesos, cifra muy cercana al billón de pesos y nada ha cambiado. Se detuvo el tiempo. En estos 14 años el presupuesto se triplicó y no pasó nada. He aquí las cifras del período en referencia:
Si, ha llegado mucho dinero por concepto de dádivas oficiales pero la inversión para generar crecimiento ha sido pírrica. Así lo explica el investigador Núñez Medina en su investigación al referirse al Producto Interno Bruto:
“Es importante reconocer que uno de los grandes problemas que Chiapas enfrenta es la incapacidad histórica de sus municipios para dinamizar su economía. El PIB del estado y el de sus municipios no han crecido en términos reales desde 1980, con lo cual puede observarse un deterioro real en los niveles de vida de su población (López & Núñez, 2016); esto, a su vez, se ha traducido en fuertes rezagos sociales que han acentuado la desigualdad de ingresos entre municipios.
En 1990, Chiapas era la entidad federativa con el quinto mayor nivel de desigualdad económica de México, con un índice de Gini de 0.54, sólo un poco por debajo del nacional (0.56 puntos). Para el 2010, el estado tenía el valor de mayor desigualdad del país con 0.51, se encontraba ya por arriba de la media nacional de 0.5 (López & Núñez, 2016). En general, el índice en Chiapas tanto estatal como municipal se ha reducido de manera paulatina del 2000 al 2010, lo cual significa que había una mejor distribución del ingreso. Este resultado, más que reflejar mejores condiciones de igualdad económica al interior de la entidad, muestra el efecto de los altos niveles de pobreza (alimentaria, de capacidades y patrimonial) observados en casi todos los municipios, donde hasta 94 de cada 100 personas eran pobres. En sociedades donde más de 90% de la población vive en condiciones de pobreza es comprensible que el índice de Gini muestre un nivel bajo, señalando importantes niveles de igualdad, sin embargo, esto ocurre en la peor de las condiciones posibles, cuando casi todos son igualmente pobres”.
Así de claro, ¿lo entenderán nuestras autoridades?
That’s All.

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