2021: La madre de todas las batallas



Molinos de viento/ Susana Solís Esquinca


Frase acuñada por Sadam Hussein en 1990, “la madre de todas las batallas” fue la guerra del Golfo Pérsico donde bastó dos días para que los “aliados” que denominaron a la incursión a Irak “Tormenta del desierto”, invadiera ese país petrolero.


En el 2021 algo parecido pasará en México con solo dos ejércitos al frente de guerra: Los que están con AMLO y los que están contra AMLO.


No es un dilema de conservadores ni liberales, ni de fifís ni chairos, ni de pobres ni ricos, ni de corrupción ni honestidad, es simplemente un país dividido por una sola persona.


El los juntó y los dividió; y la clase política de derecha o izquierda responden a la voz temporal. Así de chiquito y subdesarrollado es todavía México.


Andrés Manuel López Obrador ha logrado reunir a millones de mexicanos que creen devotamente en él y a millones que lo aborrecen.


Si, sí pasará a la historia como el primer referente que logró mover las filias y las fobias, sea cual fuere sus decisiones.


Pero en esas andadas, el dinosaurio no muere, se transforma y jala a los demás, mientras que los de ahora en el poder hacen lo propio.


Tan conservadores y antinaturas las dos mega alianzas porque el objetivo es simple: el poder.


Si va ser histórica esta elección, no por los números, sino por lo que vamos a ver en los siguientes meses cuya pandemia que no parece importarle ni a unos ni a otros.


Las dos fuerzas quieren ver las filas de votantes en las urnas, con insana distancia, con o sin cubrebocas, realizando previamente mítines con acarreados, porque si algo distingue a la política mexicana, es que no saben como ganar de otra forma una elección.


Ahí está el ejército de “servidores de la nación” dedicados a la movilización como les enseñó Salinas de Gortari desde el programa “Solidaridad”, y que replicarán todos los partidos; ahí estará el derroche económico oficial, no oficial y del crimen organizado acarreando votantes, porque en México las elecciones se definen así, con trampas, cochupos y mapacherías.


Presumen un INE que todo prohíbe, obliga y que carga un andamiaje legaloide que no alcanza a penalizar lo verdaderamente importante: el lucro de la pobreza; esa a la que TODOS los partidos recurren para ganar.


En el 2021 ganará quien tire más dinero, que compre votos, que movilice a la gente, que lance promesas que nunca cumplirán; que tenga más habilidad en el engaño y la mentira. Nada ha cambiado, todo sigue igual, como la ambición del poder.