Por: Susana Solís Esquinca

El problema que inició hace poco más de un mes en Teopisca, tras el asesinato del alcalde Rubén de Jesús Valdez Díaz, quedó finalmente solucionado y los bloqueos retirados.

Desde que empezó el conflicto la solución se advertía fácil, la entonces síndica Josefa Sánchez podía asumir el cargo y nada se hubiera complicado.

Sin embargo, fueron los diputados y diputadas del Congreso del Estado los que propiciaron que escalara, evidenciando la lucha de poder que enfrentan al interior de esa legislatura, y que incluso, en forma desvergonzada algunos exigieron “gobernabilidad”, mientras mecían la cuna imponiendo al hermano de la víctima, Luis Valdez y cuya orden presumiblemente vino de la dirigente estatal del PVEM, Valeria Santiago; una instrucción que los morenistas acataron sin chistar.

Una cosa es ser aliados y otra que asuman actitudes abyectas y sumisas. Y aún más. Intentando confundir a la ciudadanía comenzaron a repartir culpas filtrando que la imposición de Luis Valdez eran indicaciones “superiores”, en un intento -sin éxito-de patear el bote, sin apreciar, que aunque parezca increíble, hay otro estilo de gobernar y donde la línea es que no hay línea, prevaleciendo el respeto al actuar de los poderes legislativo y judicial.

Difícil de comprender entre quienes suponen que las cosas deben seguir igual a la vieja política.

El gobernador ha instruido a sus colaboradores que no se administren los problemas como en otras épocas, sino que busquen soluciones de fondo en coordinación con los tres niveles de gobierno, a través de la mediación y el diálogo para alcanzar soluciones definitivas y no negociando la paz social o comprando voluntades como antaño. Se acabaron los “cañonazos”.

El Tribunal Electoral del Estado de Chiapas tuvo que recordarles a las y los legisladores cual era su responsabilidad y ordenarles que hicieran bien su trabajo y con apego a la ley; lo cual ocurrió este jueves con el nombramiento de Josefa Sánchez como alcaldesa sustituta de Teopisca.

Natarén va por la reelección

Si no aparece alguna mano externa que quiera mecer la cuna, todo indica que el rector Carlos Natarén Nandayapa podría repetir en el cargo como rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, convirtiéndose en el primero que lo lograra luego de que otros lo intentaron, pero fracasaron.

La diferencia en esta ocasión es que las formas han cambiado y todo indica que no habrá injerencia de los altos mandos, como sucedía en otros sexenios, y que el respeto a la autonomía es real; de tal forma que será la Junta de Gobierno quien tendrá la decisión -sin línea, como era la costumbre-, de elegir de manera libre quien asumirá la rectoría de 2022-2026.

En la Unach estudian más de 25 mil jóvenes que son atendidos por dos mil 300 docentes y que cursan alguna de las 86 licenciaturas o 59 posgrados.